viernes, 12 de marzo de 2010

Los hombres que miran fijamente películas de Monty Python

No hay nada más feo y peor visto socialmente que hacerte el gracioso cuando no lo eres. Que me lo pregunten a mí. Puedes hacerte pasar por juez y dejar libre a un violador reincidente, fingir ser arquitecto y levantar un taj mahal que caiga el día de la inaguración y mate a miles de personas, trabajar como periodista sin la carrera propia y manchar el buen nombre de quien te apetezca, incluso ejercer de cirujano en algún hospital y adquirir una pauta negligente en todo lo que conlleve responsabilidad. Todas estas pequeñas irregularidades sin importancia son menudencias que el pueblo perdona con el tiempo y algo de lo que bromeará cruelmente con el pasar de los años. Pero lo que no tiene arreglo y te persigue hasta el día en que te mueras (o te maten, que es lo más probable dado el caso) es intentar hacer una gracia más alla del pedo inoportuno y conseguir todo lo contrario; un algo ridículo y falto de garbo que disgustará a la gente de pensamiento único (a la cual no le gusta el verdadero humor absurdo; imagínate una imitación del mismo) y provocará las iras de los que esperan una carcajada seca y sincera y se encuentran con un agudo dolor entre las costillas, ese que aparece cuando ves a alguien cometiendo un acto de vergüenza ajena.

Los norteamericanos son gente impredecible, a pesar de esa idea que tenemos de que es un pueblo aborregado y manejable. No son tan impredecibles como los australianos, pero han heredado gran parte del espíritu de la britania, que es la madre de todos. La gente de los EEUU es capaz de lo mejor y de lo peor. Nadie les ha inculcado el sentido del gusto, porque nunca les ha hecho falta esforzarse para gustar a los demás. No tienen historia más allá de unas cuantas generaciones y lo que tienen por aristocracia y buenas maneras lo han heredado en tercera persona, como visto desde un catalejo con la mirilla puesta al revés. Es por eso que apenas tienen cómicos genuinamente americanos que hayan conseguido traspasar las fronteras de su país con un humor irreverente y distinto.

En europa tenemos grabado en la mente lo que es la aristocracia, los altos mandos, la monarquía y el sentido del honor, con lo que nos es más fácil trastocar todo esto y convertirlo en un gañapo, que es básicamente lo que más gracia hace, ver a un señor honorable en situaciones fuera de lugar donde pierde toda su dignidad y maestría. En EEUU, todo lo que se ha hecho en este aspecto ha nacido de inmigrantes europeos de clase baja que llegaron a la tierra prometida y, en lo que tardaron en comprar un lápiz y un papel, comenzaron a ridiculizar todo lo que veían a su alrededor. Pero todo era tan ridículo en sí, tan estratosférico y fuera de lugar, que era imposible llevarlo a un contexto absurdo. El buen humor americano se consigue cuando le das la vuelta a la tortilla a todo esto que he dicho y colocas a un pobre desgraciado en una escala social mayor de la que proviene. Nunca al contrario. Esto es algo de lo que Groucho Marx o Mark Twain hicieron un arte.

Puedo imaginarme a los ideadores de "Los hombres que miran fijamente a las cabras (The men who stare at goats)" que no sé quienes son ni me importa, concibiendo a su pequeña mierda en un boceto donde trazan las caricaturas de actores famosos en un país hostil en medio de situaciones disparatadas, totalmente convencidos de partir el mundo con algo tan original. Esto, bien llevado, puede pasar a la historia, pero no es el caso que nos ocupa. Toda incoherencia debe tener algo de conexión, un hilo que una el mundo irreal con lo cotidiano y común, porque, de lo contrario, es imposible que logre el cometido que persigue. Si a esto le sumamos que las situaciones son, en su mayoría, demasiado masticadas y que lo ofrecido siempre suena de algo, de haberlo visto ya en alguna otra parte, no queda otra que agradecer que la película dure menos de noventa minutos, los cuales, os aviso, se hacen muy largos. Con la de jugo que se le puede sacar a Iraq...

5 comentarios:

  1. Caray,pues me has espantado totalmente,yo que iba a ir mañana a verla....

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  2. hombre, no dejes de ver algo porque yo lo critique.

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  4. Te voy hacer caso Luis y voy a ir verla, tranquilo si me parece una cagada no te echaré a ti la culpa por no haber avisado...

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  5. digan lo que digan, ir al cine está bien, aunque la peli sea una mierda.

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